El mar y lo infinito…

Que el azul es uno de los colores más presentes en mi vida, no merece la pena ni desmentirlo.

No sé por qué, en plena adolescencia, odiaba el verde. Me llamaba la atención porque mi madre lo adoraba, y yo siempre le contestaba, a modo de rebeldía definitoria, que yo era más de azul. Y así me quedé…

El azul es mar, es cielo, es infinito.

En la psicología del color transmite seriedad, integridad, calma…

Pero para mí es simplemente el color de estas islas, del elemento sin el cual no puedo vivir. Si fuera millonaria, nótese mi ironía desgarradora, me compraría una casa frente al mar.

Pero no una tipo californiana, en plena playa de arena blanca. No… La compraría en un acantilada, frente a las rocas, y descansar al arrullo de las olas mientras leo un libro o duermo la siesta esa que dicen que existe…

Pero con ese azul que inunda todo.

Hoy os dejo varias mesas con este color como protagonista. Me gustaría que pudieses visualizarlo en esa ocasión que tienes en mente y para la que no te decides a celebrar a lo grande.

La vida hay que celebrarla a cada instante. Esa ola no volverá igual a tu orilla…

Un beso con sabor a salitre y textura de algas…